viernes, 19 de abril de 2013

Eric Scerri, La tabla periódica. Una breve introducción, Traducción de Miguel Paredes Larrucea, Alianza Editorial (El libro de bolsillo), Madrid, 2013 (edición original en inglés de 2011).

Este librito de 206 páginas (que forma parte de los nuevos ejemplares de la veterana colección El libro de bolsillo de Alianza y que, por lo tanto, está muy bien editado), ofrece una algo confusa y precipitada exposición del mundo de la tabla periódica de los elementos químicos.

No es un libro de divulgación, sino más bien un libro de interés para el aficionado a la química, en el que se le ofrecen datos históricos de interés en relación a un aspecto concreto de la misma.

Dividido en 10 capítulos, se dedican los dos primeros a una introducción al concepto de elemento químico; después, los seis siguientes constituyen una narración cronológica de los pasos dados hacia el actual diseño de la tabla periódica (con precisiones sobre conceptos básicos como el peso atómico, las triadas, el impacto de la física...; y consideraciones sobre los aportes de científicos concretos: Prout, Mendeléiev...); finalmente, los los dos últimos capítulos, versan sobre el asunto de los elementos sintéticos y las formas que puede adoptar una tabla periódica.

Decía al principio lo de "confusa y precipitada exposición" porque, al no ser un libro de divulgación, está escrito dando por supuestos determinados conocimientos básicos de química, sin los cuales determinados vacíos y vínculos entre los datos, ideas y hechos que se exponen en el libro, resulta casi imposible rellenarlos.


viernes, 5 de abril de 2013



Burkhard Schwetje y Flavio Febbraro, Cómo leer la historia en el arte, Traducción de Juan Vivanco, Electa, Barcelona, 2010.

A lo largo de algo más de un centenar de imágenes, la mayoría de ellas encuadrables en el género pictórico, Schwetje y Febbraro hacen un recorrido por la historia de la humanidad. Se trata de un panorama lógicamente parcial, pero extraordinariamente entretenido e informativo. Es probable que el título sea algo engañoso, porque en realidad el ejercicio que se hace en el libro no es leer la historia en el arte, sino más bien utilizar el arte como pretexto para hablar de la historia.

En todo caso, cada imagen va acompañada de unas breves, pero muy cuidadosas, pinceladas que la contextualizan históricamente, aparte de algunas referencias más a aspectos propiamente artísticos.

El libro se lee como una entretenida cronología de los principales acontecimientos históricos, con evidente predominio de los bélicos, y resulta así una especie de enciclopedia básica que permite tener a mano, de una forma muy atractiva, datos, nombres y hechos de esos que forman parte de lo que se conoce como cultura general.